Yo pensaba ; en el ardor y la intensidad
en este paisaje deprimente
en el juego de las promesas
en las urgencias del deseo
cuantos milagros atribuidos al placer,
veo enloquecer a la princesita del cuento
porque su ilusión tiene amantes desde siempre
o al feroz valiente que se derrite por su mejor amigo
pero no lo dice , solo se reprime ,
o al que disfruta de ambos lados de la balanza
sin culpas dogmáticas.
Me pregunté por la libertad,
por la experiencia empírica que todo sabio necesita,
entonces la gran justicia vino a mi boca
y con su espada cortó el freno a la palabra
ésta se derramó como esperma sobre los horas virginales
y las catedrales tañeron sus campanas al viento de madrugada.
Me agarré al tronco de mis ancestros
entre los huesos revueltos estaba el sito para el vicio y el pecado,
y resolví quedarme allí, era lo natural y lo correcto
sigo siendo humano , animal en celo.
Lichazul © Elisa