Quién diría que al norte de él ya solo quedan truenos
que los callejones tragaron todo licor
que el multicolor proyecto rueda decadente
que el barniz se diluyó con la lluvia ácida
que la casona remite soledades
que la mirada le acusa mordazmente
cansado el zapato de tanto destino
peregrino de todos los males.
Quién daría un sur de posibilidades
cuando la noche atropella en resacas
turbiedad de sombras perdedoras
mala apuesta con maña traicionera
son la paga del que nada espera.
Lichazul © Elisa
15 comentarios:
No esperar nada es una buena estrategia.
Besos.
¡Quién diría, quién daría...! (Esa es la eterna pregunta)
Un abrazo.
El paso del tiempo, unido a la decepción, nos hacen preguntarnos si lo vivido fue real o sólo un sueño.
Que tengas una bella semana, Elisa.
Me impresiona que es una triste espera...
Besote guapa Feliz semana
Ayyy Elisa
Logro ver las imagenes,más no entiendo el total
Hoy ando con bruto subido
Mañana vuelvo!!!
Besotesss POETA
Siempre es bueno esperar; ya dicen que más vale tarde que nunca. Pero si esa espera a de ser desgarradora y dramática, vivamos del presente aunque no sea del todo placentero. Esperar es aguardar el futuro, y el futuro casi siempre es incierto.
Besos Elisa.
El que nada espera nunca se decepciona...
abrazo
Balada triste de desesperanza.
Opino que siempre es tiempo de espera y renuevo.
Besos grandes para ti.
Muakkk
Mavi
Qué triste verdad? cuando ya nada se espera y se da todo por perdido. Me ha gustado eso de balada triste de desesperanza, y de un perdedor.
Pero la vida, a veces, no trata bien, nada bien.
besos
muchas gracias a ustedes por acompañarme en este espacio
abrazos
Excelente, escrito, la desesperanza a veces nubla nuestro sentir, pero si nada esperas, no hay decepción alguna que cuando nos hacemos vanas expectativas...
Abrazos y gracias por tu huella
Así es ciertamente.
Un beso
muchas gracias a ustedes por la constancia y opinión
abrazos
Nada pierde con esperar un poco, también es cierto que las situaciones cambian constantemente.
Abrazos!!!
Esa intemporalidad de las cosas...pierden su entidad...y su rumbo...UN abrazo. Carlos
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