Yo nunca fui musa de nada ni de nadie
por eso me escribo todos los versos que me salen
las sedas eran para las niñas delicadas y tiernas
pero como desde siempre fui arisca
crecí entre la ralea tosca en mi calle de tierra
y la pelota y el trepar árboles y el dar de puños
eran mis habituales amigos en los juegos
las esquinas tenían ángulos peligrosos
había que ser cuidadoso y desconfiado
cuando en aquellos años la bota mandaba.
Lichazul © Elisa
17 comentarios:
Se me llena la cabeza de imágenes de infancia, aunque la mía fue muy diferente, pero esta que mencionas yo creo que redunda en una adultez valiente y tosuda de ánimo, que caracteriza a muchos...Características que dan el hablar las cosas tal cual son sin temores.
ABRAZO GRANDE ELY QUERIDA!
Perdón, debería decir: tozuda.
Cuántas imágenes traen a la mente tus versos Elisa. Tal vez hayas sido musa y no lo sepas, algunas suben a los árboles y se pelean por la pelota ja.
Bonito y profundo.
Besos
Ese par de puños los ha convertido en poemas.
Golpean aún más fuerte.
Besos.
Muy bien nacida sin seda,perfecta Elisa...dicen mucho tus letras.Un abrazo y feliz semana.
A mí me gusta como eres.
Un besito,Carmen
muchas gracias a ustedes por leer siempre
abrazos y feliz lunes
Eres genial...
Me gustas,
tus poemas son a corazón abierto.
Feliz semana!
La mujer musa es la de carne y hueso.
Allí donde el silencio se rompe, las musas danzan.
abrazo
Arisca, cuerva... tornado...
muchas gracias a ustedes
abrazos
Si
también fui pelonera ...de las bravas, por eso te entiendo
y aún ahora por eso será que se sufren y se hacen frente y a concho todas las batallas
Muy interesante, muy interesante...
Toda una guerrera!!!
Abrazos!!!
...me he quedado detenido en vuestras selecciones...
me han dejado detenido vuestras verdades,
me han dejado detenido en el detenimiento
que proveen las palabras y el quebranto...
Gracias Lichazul,
por tu comentario y tu poema en caravana.
Atentamente,
David Lethei.
Se ve en la piel de cada poema...abrazo y excelente.
Tener y sostener el propio camino.
Besos.
Cada palabra, cada verso, están impreganados de ese carácter forjado a base de fuerza y determinación.
Escuché a alguien decir un día: soy una rosa, cuidado con mis espinas.
Besos
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